La defensa pedirá el sobreseimiento de Amendolara.

Según determinó un peritaje ordenado por la justicia, la ropa que usaba Santiago «Chano» Moreno Charpentier en la noche en que fue baleado por un policía en su casa del partido de Exaltación de la Cruz, mientras sufría una crisis de salud mental, tenía pólvora. Para Fernando Soto, abogado defensor, eso probaría que Facundo Amendolara disparó «en legítima defensa», ante un inminente ataque del músico, por lo que pedirá el sobreseimiento.
En la campera marca Topman que utilizó Chano esa noche, dice el informe de 11 páginas al que tuvo acceso Télam, fue posible detectar «residuos de disparo debido a la presencia de partículas características de GRS«, es decir, rastros de plomo, antimonio y bario, tres elementos que se desprenden al efectuarse un disparo.
De acuerdo a lo que explicaron los peritos del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración bonaerense, «a medida que la distancia entre el individuo muestreado y el punto de detonación es menor, la concentración de partículas características (plomo, antimonio y bario) respecto de las partículas ambientales se hace mayor».
Es decir: «la cantidad relativa de partículas características de residuos GSR decrece con la distancia al punto de detonación del arma de fuego que origina tales residuos«, afirmaron los especialistas en las conclusiones del informe.
Fernando Soto, defensor del policía Facundo Amendolara (27), interpretó esa conclusión como prueba de que al momento de efectuar el disparo el efectivo tenía al músico cerca y actuó en «legítima defensa», por lo que adelantó que pedirá el sobreseimiento.
El peritaje, afirmó Soto, determinó que el disparo se realizó desde una distancia de «entre los 50 y 70» centímetros. «Con esto se acredita lo que dijimos respecto de la distancia (desde donde se disparó) y el peligro del cual se tuvo que defender Amendolara», señaló el defensor.
El resultado al que llegaron los peritos, añadió en ese sentido, «coincide con la distancia que dijeron los testigos», quienes ubicaron al músico y al policía con una separación de entre 1.50 y 2 metros entre sí. «Esa distancia, restado el brazo y el cuerpo estirado del policía con el arma en la mano, deja un espacio total de entre 50 y 70 centímetros entre el cuerpo y la boca del cañón, que es desde donde sale el disparo», sostuvo Soto.