La mayoría de los fallecidos son operarios y mecánicos del área de mantenimiento de máquinas de Sitragsam que celebraban el cumpleaños de uno de los trabajadores, informó el medio local La Tribuna. Ocho pertenecían al sindicato.
Entre las 13 víctimas de la masacre perpetrada en la noche del sábado por individuos armados en un billar de Choloma, Honduras, hay varios dirigentes sindicales y trabajadores de maquilas o factorías de ensamblaje, en tanto otras dos personas se encuentran hospitalizadas en estado grave.
Entre los fallecidos están la presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Gildan San Miguel (Sitragsam) en Choloma, Xiomara Cocas, de 40 años de edad; así como su hijo, Eduard Alexander Meléndez Cocas, de 24 años, ambos entre los primeros identificados por los peritos, que tardaron diez horas en concluir el levantamiento de cadáveres, informó la agencia de noticias Europa Press.
La mayoría de los fallecidos son operarios y mecánicos del área de mantenimiento de máquinas de Sitragsam que celebraban el cumpleaños de uno de los trabajadores, informó el medio local La Tribuna. Ocho pertenecían al sindicato.
La Central General de Trabajadores de Honduras (CGT) emplazó a las autoridades «a tomar las medidas preventivas y de investigación necesarias para que se castigue con todo el peso de la ley a los responsables de cometer este tipo de hechos violentos que enlutan a familias hondureñas».
Individuos fuertemente armados vestidos con uniformes de la Dirección Policial de Investigación (DPI) irrumpieron en el local y abrieron fuego indiscriminadamente y sin mediar palabra. Uno de los sobrevivientes aseguró que la consigna era asesinar a la mayor cantidad de personas posible.
«Yo escuché cuando gritaban ‘no dejen a nadie con vida, asesínenlos a todos, mátenlos a todos’… Era un hombre que daba la orden», relató.
Otra versión no oficial apunta a que los atacantes simularon una operación de las fuerzas de seguridad, ordenaron a los presentes tumbarse boca abajo y dispararon después a la nuca de las víctimas.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ordenó este domingo imponer el toque de queda en los municipios de San Pedro Sula y Choloma y un despliegue de seguridad especial denominada Operación Candado Valle de Sula tras la muerte de 21 personas en total, trece de ellas en la matanza de Choloma.
Castro pidió la colaboración ciudadana y anunció una recompensa de 800.0000 lempiras (unos 32.000 dólares) para quienes den información que conduzca a la captura de los responsables de las masacres de Choloma y San Pedro Sula.
Las autoridades trabajan con la hipótesis de que la matanza de Choloma está relacionada con la Pandilla 18, un grupo criminal que estaría vengándose por las últimas acciones para retomar el control en las cárceles del país, informó El Heraldo.
En concreto estaría vinculada con el reciente motín de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) de Támara, que acabó con 46 presas muertas.
En lo que va de año se han contabilizado 145 asesinatos en homicidios múltiples, de los cuales 80 corresponden a hombres y 65, a mujeres, según reveló ayer la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, lo que supone un incremento del 99% en las víctimas con respecto a las mismas fechas del año anterior.