«¡Que os vayáis», «llevamos seis días sin dormir», gritaba una mujer a poca distancia de la cara de la reina Letizia, mientras la multitud coreaba «asesinos» y llamaba «hijos de p…» a las autoridades, arrojando barro y piedras.
Los reyes de España visitaron este domingo la localidad de Paiporta, epicentro del temporal que azotó el pasado martes a la región de la costa mediterránea, pero tuvieron que retirarse antes de tiempo por los gritos de los vecinos, que les arrojaron barro en la cara mientras los acusaban de «asesinos».
«¡Que os vayáis», «llevamos seis días sin dormir», gritaba una mujer a poca distancia de la cara de la reina Letizia, mientras la multitud coreaba «asesinos» y llamaba «hijos de p…» a las autoridades, arrojando barro y piedras.
También participaron de la visita el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón. En medio de los insultos, Sanchez y Mazón fueron evacuados por sus equipos de seguridad, mientras que Felipe VI y Letizia, alcanzados por el barro, insistieron durante un largo rato en dialogar con la gente, aunque finalmente terminaron abandonando el lugar.
Mientras los encargados de la seguridad intentaban establecer un cordón en torno al rey, una unidad de caballería del dispositivo policial intervino para alejar a los vecinos más exaltados. Según informaron medios locales, al menos un escolta de la reina sufrió una herida en la frente.
«Entiendo la indignación social y por supuesto me quedo a recibirla. Es mi obligación política y moral», publicó en la red social X el presidente regional de Valencia, quien destacó «la actitud del Rey» de hablar con los vecinos, que según Mazón «ha sido ejemplar».
Tras las protestas, se ignora si los reyes recorrerán el segundo municipio que tenían previsto visitar, Chiva.
Entre tanto, el balance de víctimas en España se elevó de 213 a 217 con el anuncio del hallazgo de tres muertos más en Pedralba, Valencia, y de una mujer de 70 años en Letur, en la vecina región de Castilla-La Mancha, cuyo cadáver fue arrastrado 12 kilómetros por el agua.
Página12