El presidente brasileño aseguró que no tiene resentimientos y sostuvo que su objetivo será «desmoralizar con números a quienes gobernaron antes», al destacar los logros de su gestión.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se refirió al intento de asesinato que sufrió en 2022 durante el intento de golpe de Estado, a días de haber asumido la presidencia, y expresó que está agradecido por estar «vivo».
«Tengo que estar mucho más agradecido ahora que estoy vivo. El intento de envenenarme a mí y a (el vicepresidente Geraldo) Alckmin no funcionó, estamos aquí«, dijo el mandatario en el Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo, durante una ceremonia para presentar una revisión de los contratos de concesión de autopistas y atraer la inversión privada en infraestructuras de transporte.
Pese al ataque que sufrió, remarcó: «No quiero envenenar a nadie, no quiero perseguir a nadie. Lo único que quiero es que cuando termine mi mandato desmoralicemos con números a quienes gobernaron antes que nosotros«, dijo.
En ese sentido, destacó: «Quiero medir con números quién hizo más escuelas, quién atendió a los más pobres, quién hizo más carreteras, más puentes, quién pagó más salario mínimo en este país, eso es lo que quiero medir porque eso es lo que cuenta en los resultados de la gobernabilidad«, agregó el presidente.
Detuvieron a cuatro militares que intentaron asesinar a Lula da Silva en 2022
El martes pasado, la policía brasileña detuvo a cuatro importantes militares, uno de ellos excolaborador del expresidente Jair Bolsonaro, por orquestar un supuesto plan para matar en 2022 al entonces mandatario electo Lula da Silva con el fin de realizar un golpe de Estado.
Estos militares planeaban envenenar con un agente químico a Lula meses después de haber sido electo, según informó la dirección de inteligencia de la fuerza de seguridad en un documento difundido.
Según un comunicado de la Policía Federal (PF), los detenidos planearon un golpe de Estado para impedir la asunción del actual presidente e incluso asesinarlo. A su vez, se detuvo a un agente de la fuerza.
El plan preveía el envenenamiento, el uso de explosivos y armamento pesado para «neutralizar» a Lula da Silva, a Alckmin y al juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes.
La investigación también indicó que se crearía un «gabinete de crisis» después de los asesinatos.
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