En medio de las investigaciones por corrupción que afectan su figura de cara a las elecciones, el mandatario brasileño expresó su apoyo «al pueblo cubano que sufre una cruel dictadura».

Investigado por corrupción en un escándalo por compra de vacunas y considerado incapaz para gobernar por el 63% de la población, según una encuesta de Datafolha, el presidente Jair Bolsonaro tomó la bandera contra Cuba para hacer campaña a favor de su reelección, al declarar este martes su apoyo a los movimientos que se oponen al Gobierno de la isla.
«Apoyo los movimientos por la libertad en Cuba. Quiero ver si (el expresidente) Lula hace lo mismo. Lula es un criminal que no puede salir a la calle y está con casi 60% de intención de voto. Para no ser como Cuba tenemos que evitar el fraude electoral en las elecciones de 2022″, afirmó el mandatario.
Bolsonaro cargó duramente contra el Gobierno cubano y afirmó que «la medicina cubana es una farsa»y recordó que 15.000 médicos cubanos que trabajaban en Brasil con un acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud decidieron salir antes de que él asumiera.
«Para no ser como Cuba debemos tener el voto auditable», afirmó,al insistir en la necesidad de cambiar el sistema de urna electrónica que Brasil usa desde 1996 y que partidos del oficialismo y oposición defendieron la semana pasada ante las denuncias,sin pruebas, de fraude lanzadas por el presidente y sus hijos.
En el marco de esa misma lógica geopolítica, el canciller Carlos França, considerado un moderado frente a su antecesor, el trumpista Ernesto Araújo, lanzó un comunicado respaldando en Venezuela a Juan Guaidó, al que Brasil aun considera ‘presidente encargado’ del país vecino.
Desde que asumió en 2019, Bolsonaro se alineó a Estados Unidos e Israel para mantener el embargo económico contra Cuba en las Naciones Unidas y ahora parece haber tomado la bandera a favor de los opositores al Gobierno del presidente Miguel Díaz Canel.
Bolsonaro ha sufrido desde marzo una reducción de su popularidad hasta tocar un piso del 24%, sobre todo por la percepción de que ha fracasado en el manejo de la pandemia y en la economía, al mismo tiempo que aparece derrotado en primera y segunda vuelta ante el expresidente Luiz Inácío Lula da Silva.
