El pontífice argentino señaló que la comunidad romaní «demasiadas veces ha sido objeto de preconceptos y de juicios despiadados».

El papa Francisco criticó los estereotipos discriminatorios que sufre la comunidad gitana y planteó que “marginar a las personas no resuelve nada”. El pontífice también reivindicó la importancia de la integración durante su visita al barrio eslovaco de Lunik IX considerado el centro gitano más grande de Europa.
«Queridos hermanos y hermanas, demasiadas veces han sido objeto de preconceptos y de juicios despiadados, de estereotipos discriminatorios, de palabras y gestos difamatorios», planteó el pontífice en Lunik IX, ubicado en la ciudad de Kosice, la segunda localidad más grande de Eslovaquia donde el Papa llegó el domingo para una gira de cuatro días.
«De esta manera todos nos hemos vuelto más pobres, pobres de humanidad. Lo que necesitamos es recuperar dignidad y pasar de los prejuicios al diálogo, de las cerrazones a la integración», agregó Jorge Bergoglio. En el barrio Lunik IX viven más de cuatro mil personas, incluidos 800 niños y niñas, a pesar de que sólo tiene capacidad para la mitad de los habitantes.
Desde las ventanas de las viviendas se veían carteles que rezaban “Francisco bienvenido entre nosotros”. En la previa de la llegada del Papa, gitanos de todas las edades cantaron y bailaron con trajes típicos frente al complejo de edificios de tres y seis pisos en el que viven.
«Ustedes albergan gran amor y respeto por la familia, y miran a la Iglesia a partir de esta experiencia», afirmó el Papa, en respuesta al recibimiento que tuvo en la comunidad gitana. «Sí, la Iglesia es casa, es su casa. Por eso -quisiera decirles con el corazón- ustedes son bienvenidos, siéntanse siempre en casa en la Iglesia y nunca tengan miedo de estar aquí. ¡Que ninguno los deje, a ustedes o a cualquier otra persona, fuera de la Iglesia!», agregó Bergoglio en ese marco.
La comunidad romaní es considerada la minoría étnica más populosa del continente, especialmente en Europa central y oriental. Según historiadores, medio millón de romaníes murieron a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, equivalente a una cuarta parte de la población.
En la actualidad persiste la discriminación contra la población gitana. Según Iveta Duchonova, responsable de la oficina del delegado gubernamental para esta comunidad, «en 2016, un informe de la UE sobre minorías y discriminación reveló que un 54 por ciento de los gitanos en Eslovaquia habían sido víctimas de discriminación por su pertenencia étnica». En 2020 Amnistía Internacional denunció que la situación de los gitanos se agravó durante la pandemia de covid-19, cuando fueron discriminados por ser considerados «una amenaza para la salud pública».
