La organización terrorista libanesa exige que Tel Aviv cumpla el acuerdo y se retire completamente del sur del país, mientras crecen las tensiones en la frontera.

Al falta de unas horas para que expire la prórroga del alto el fuego entre el grupo terrorista Hezbollah e Israel, la incertidumbre sobre una nueva extensión reina en el Líbano, cuyas autoridades exigen el estricto cumplimiento del acuerdo y denuncian los continuos bombardeos israelíes pese al cese de hostilidades.
Las fuerzas israelíes permanecerán en cinco ubicaciones estratégicas en el sur del Líbano después de que el martes venza el plazo para su retirada, ante lo cual el gobierno libanés expresó su frustración por otro retraso.
La retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano, donde ocupan todavía varias aldeas a las que entraron durante la invasión terrestre iniciada el pasado 1 de octubre, es el principal tema de discusión. De hecho, el presidente libanés, Joseph Aoun, se mostró tajante este mismo lunes.
“No se puede confiar en el enemigo israelí, tememos que no efectúe mañana la retirada total”, dijo en un comunicado publicado por la Presidencia libanesa, donde además pidió a los patrocinadores del acuerdo –EEUU, Francia y la ONU– que presionen más a Israel para que cumpla con este importante término del alto el fuego.
Por su parte, el portavoz de la Oficina de Medios del primer ministro israelí, David Mencer, afirmó hoy mismo que “Israel está comprometido con el alto el fuego e insiste en que el acuerdo se implemente completamente”.
El teniente coronel Nadav Shoshani, portavoz militar, indicó que los cinco sitios en Líbano proporcionan puntos de observación o están ubicados frente a comunidades en el norte de Israel, donde aproximadamente 60.000 israelíes aún están desplazados. Dijo que la “medida temporal” fue aprobada por el organismo encabezado por Estados Unidos que supervisa la tregua.
Según el acuerdo, las fuerzas israelíes deben retirarse de una zona de amortiguamiento en el sur del Líbano que será patrullada por el ejército libanés y los cascos azules de la ONU. El alto el fuego se ha mantenido desde que entró en vigor en noviembre.
Israel está comprometido con una retirada “de la manera correcta, de manera gradual y de forma que se mantenga la seguridad de nuestros civiles”, les dijo Shoshani a los periodistas.
El acuerdo, que entró en vigor el pasado 27 de noviembre con una vigencia inicial de 60 días, prevé que en ese plazo las hostilidades debían detenerse, Hezbollah tenía que retirarse al norte del río Litani -a unos 30 kilómetros al norte de la frontera con Israel- y el Estado judío estaba obligado a abandonar el territorio libanés por completo.
El pacto, asimismo, estipulaba el despliegue del Ejército libanés en el sur del Líbano tras la retirada israelí, algo que tampoco se ha llegado aún a completar, en parte por la anunciada desconfianza del Estado judío de que los soldados libaneses pudieran reemplazar a los combatientes de Hizbulá en el sur.
El alto el fuego inicial venció el 26 de enero, una jornada especialmente sangrienta en la que al menos 24 personas murieron y otras 120 resultaron heridas después de que los residentes del sur trataran de regresar a sus localidades ocupadas.
Al día siguiente, Estados Unidos anunció una prórroga del cese de hostilidades hasta el 18 de febrero, para que las partes tuvieran más tiempo para cumplir con sus obligaciones, aunque las autoridades del Líbano alertaron de que Israel podría utilizar estas extensiones para mantener su presencia en territorio libanés.
500 días de guerra en Gaza
Un cese del fuego por separado en Gaza también está en duda en un momento en que se cumplen 500 días de la guerra de Israel con Hamas, mientras que Israel y Estados Unidos enviaron señales contradictorias sobre si desean que la tregua continúe. Las conversaciones sobre la segunda fase del alto el fuego aún no han comenzado.
Los israelíes realizaron protestas pidiendo que se extendiera el alto el fuego en Gaza, de forma que más rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre puedan ser liberados.
Un funcionario israelí dijo que se prevé que cuatro cuerpos sean devueltos a Israel el jueves. El funcionario no dio más detalles y habló bajo condición de anonimato porque se están organizando los detalles. Hasta ahora no se han entregado cuerpos durante la fase actual del alto el fuego.
Funcionarios israelíes han dicho que creen que ocho de las 33 personas que serán devueltas en la primera fase del alto el fuego están muertas. Hamás está liberando gradualmente a las 33 a cambio de casi 2.000 prisioneros palestinos. Las fuerzas israelíes se han retirado de la mayor parte de Gaza y han permitido un incremento en el flujo de ayuda humanitaria.
Esta primera fase termina en menos de dos semanas. Las negociaciones sobre la segunda fase —más difícil, en la cual serían liberados más rehenes y las fuerzas israelíes se retirarían de Gaza— deberían haber comenzado hace dos semanas.
En la segunda fase, Hamas liberaría a más de 70 rehenes restantes —se cree que aproximadamente la mitad están muertos— a cambio de más prisioneros palestinos y un alto el fuego duradero.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump dicen que están comprometidos con la erradicación de Hamás y el regreso de todos los rehenes. Se considera ampliamente que esos objetivos son incompatibles.
El grupo terrorista, aunque debilitado, sigue controlando Gaza. Hamas palestinos, pero no aceptará ninguna fuerza ocupante.
(Con información de EFE y AP) – Infobae